Ocho fechas sin saber lo que es la derrota. Tres triunfos consecutivos. Cuatro partidos sin recibir goles, y solo dos en los últimos ocho. Es una muy buena racha, y ya, a esta altura, muy seguros de que no se trata solo de una buena racha. Con estos números, con estos resultados, está demostrado que el equipo está firme, se ha consolidado, y ofrece muy pocos puntos vulnerables, cada vez menos.
Y esto no difiere de algunos cuestionamientos anteriores, porque Morón no juega muy diferente, en cuanto a los planteos, a los partidos en que los resultados no lo acompañaban. Porque Morón difícilmente se luzca en un partido como para despertar esos aplausos que generan los equipos que ofensivos, y que buscan el arco de enfrente con buen fútbol y juego vistoso. Pero también es cierto que difícilmente se puedan lucir los equipos que lo enfrenten. Y allí, es donde se impone el juego de este equipo cada vez mas compacto, progresivamente duro, y con una confianza en notable crecimiento. Lo que antes salía mal, ahora sale bien, asi de simple. Y los errores que antes cometía Morón, ahora los cometen los rivales. Lo último es este buen triunfo que se trajo de Berissso, en un partido que comenzó parejo, pero los villeros, fueron predominando de a poco. Así, llegó a darse alguna situación favorable, como un cabezazo que terminó sacando Mayola en la línea. Sin embargo, todo termianría igualado en ese primer tiempo, donde los locales habían estado mas cerca. A muy poco del inicio del segundo tiempo llegó el gol del Gallo, en una de las pocas que tuvo a lo largo del partido : Ariel Otermín con un certero cabezazo. De allí al final, el Gallo de contra tuvo alguna chance de definirlo, pero fue San Carlos quien intentó por todos los medios llegar a la igualdad, algo que Morón, bien plantado no se lo permitió, pese a algunos apurones. Final, y una racha que promete seguir brindando satisfacciones.
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